Distorsiones cognitivas II

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En el artículo anterior hablamos de lo que eran las distorsiones cognitivas y pusimos ejemplos de las que podían surgir en la mujer de 40 años o alrededor de esta edad.

Las personas mantienen un diálogo interior constante durante todo el día. Dentro del mismo y en esta etapa de nuestra vida, que son los 40, podemos darle una dirección u otra. Podemos dirigirnos por el pesimismo de vivir y ver todo negro o, por el contrario, mostrar satisfacción con todo lo que nos rodea. Estar contentas simplemente viviendo el día a día y valorar los detalles que nos provocan alegría.

Si constantemente nuestro diálogo va encaminado a pensar en nuestro pasado o, por el contrario, nos agobiamos con el futuro, dejamos de vivir el aquí y el ahora, y esto conlleva a la infelicidad más absoluta. Eres un ser que teje la tela de su vida a base de recuerdos que no volverán o, pensando en lo que pueda pasar mañana.

Por ello, y como en crisisdelos40.com queremos ayudar a todas aquellas personas que no son conscientes de esto porque ni siquiera nos lo planteamos, sobre todo dirigiéndonos a las mujeres que están en esta maravillosa etapa, queremos especificar algo más que en el anterior artículo el tema de las distorsiones cognitivas, no sólo poniéndolas nombre, sino hablando de lo que pueden llegar a provocar en la vida de una persona.

Según Alfonso López Caballero.. ”El 40% de nuestras preocupaciones se refiere a cosas que nunca ocurrirán, imaginadas por la ansiedad que se deriva de una mente cansada. El 30% siguiente gira en torno a consecuencias de antiguas decisiones que ya no se pueden alterar. El 12% tiene que ver con críticas y comentarios de otros hacia tu persona. El 10% que viene a continuación son pensamientos acerca de tu salud y de tu estado de ánimo, que –dicho sea de paso-empeora en cuanto empieza la preocupación. Y, finalmente, el 8% de las preocupaciones se refiere a problemas reales de la vida, problemas a los que se tiene que hacer frente.

Podemos, por tanto, concluir que de “homo sapiens” le queda tan solo el 8%. Lo demás, es pura pérdida de tiempo”

…. Y sigue este autor y no tiene desperdicio lo que dice….”Quien esté interesado en fomentar su capacidad preocupativa puede seguir unas sencillas reglas cuyo resultado está totalmente garantizado:

  • Mantener la mente siempre en el futuro y nunca en el presente.
  • Pensar en las posibilidades y no en realidades.
  • Si algo puede tener un aspecto malo y otro bueno, rumiar y rumiar detenidamente el malo».

De estas afirmaciones podemos sacar las conclusión que somos nosotras mismas las que construimos nuestra vida a base de pensamientos y no de acontecimientos externos, que ocurren y ocurrirán siempre, pero se puede elegir : o nos quedamos con los buenos o rumiamos los malos siendo víctimas de acontecimientos y personas negativas.

Cuanta más información tengas más consciente serás de tú diálogo interno y más abierta estarás a cambiar este. Por ello vamos a exponer una serie de pensamientos deformados especificando cada uno de ellos para que cuando los identifiques sepas hacerlos frente y erradicarlos de tu diálogo interno. Estos son los siguientes:

 

  1. Filtraje: esta distorsión está caracterizada por una especie de visión de túnel: solo se ve un elemento de la situación con la exclusión del resto. Se resalta un simple detalle y todo el evento queda teñido por ese detalle.

Los pensamientos se pueden magnificar y tremendizar mediante muchos procesos de filtraje. El resultado final es que todos los temores, carencias, e irritaciones se exageran en importancia porque llenan la conciencia con exclusión de todo lo demás. Las palabras clave para este tipo de filtraje son: terrible, tremendo, desagradable, horroroso y así sucesivamente. Una frase clave es: “No puedo resistirlo”.

  1. Pensamiento polarizado: la característica de esta distorsión es la insistencia en las elecciones dicotómicas: se tiende a percibir cualquier cosa de forma extremista, sin términos medios. El mayor peligro de dicotomizar el pensamiento es el impacto sobre cómo se juzga dicha persona a sí misma. Si no eres perfecta o brillante entonces sólo podrás ser una fracasada o una imbécil. No hay lugar para las equivocaciones o la mediocridad.
  2. Sobregeneralización: En esta distorsión se produce una extensión, una conclusión generalizada a partir de un incidente simple o un solo elemento de evidencia. Las palabras que indican que se puede estar sobregeneralizando son: todo, nadie, nunca, siempre, todos y ninguno.
  3. Interpretación del pensamiento: Sin mediar palabra, la persona sabe que sienten los demás y por qué se comportan de la forma en que lo hacen. En concreto, es capaz de adivinar que sienten los demás respecto a ella.
  4. Visión catastrófica: Se espera el desastre. La persona se entera o escucha un problema y empieza a decirse: Y si….”Y si estalla la tragedia?” “Y si me sucede a mí?”
  5. Personalización: La persona que los sufre cree que todo lo que la gente hace o dice es alguna forma de reacción hacia ella. También se compara con los demás, intentando determinar quién es más elegante, tiene mejor aspecto…etc
  6. Falacias de control: si te sientes externamente controlada, te ves a ti misma desamparada, como una víctima del destino. La falacia de control interno convierte a la persona responsable del sufrimiento o de la felicidad de aquellos que la rodean.
  7. Falacia de justicia: La persona está resentida porque piensa que conoce qué es la justicia, pero los demás no están de acuerdo con ella.
  8. Culpabilidad: La persona mantiene que los demás son los responsables de su sufrimiento o toma el punto de vista opuesto y se culpa a si misma de todos los problemas ajenos.
  9. Debería: La persona posee una lista de normas rígida sobre cómo deberían actuar tanto ella como los demás. Las personas que trasgreden estas normas le enojan y también se siente culpable si las viola ella misma.
  10. Razonamiento emocional: Cree que lo que siente tendría que ser verdadero, automáticamente. Si siente como estúpida y aburrida una cosa, debe ser estúpida y aburrida.
  11. La falacia del cambio: Una persona espera que los demás cambiarán para seguirle si los influye o camela lo suficiente. Necesita cambiar a la gente porque sus esperanzas de felicidad parecen depender enteramente de ello.
  12. Las etiquetas globales: se generalizan una o dos cualidades de un juicio negativo global.
  13. Tener razón: continuamente está en un proceso para probar que sus opiniones y acciones son correctas. Es imposible equivocarse y se hará cualquier cosa para demostrar que se tiene razón.
  14. La falacia de recompensa divina: Espera cobrar algún día todo el sacrificio y abnegación, como si hubiera alguien que llevara las cuentas. Se resiente cuando se comprueba que la recompensa no llega.

 

Como se ha expuesto al principio del artículo, en casi todos los momentos de nuestra vida estamos en conversación con nosotros mismos. Es por ello que este puede dar lugar a una visión sana de la vida, o, por el contrario, puede producir estrés y otros trastornos emocionales. Por tanto, desde aquí, invitamos a identificar si poseemos alguno de estos 15 pensamientos, si se da con frecuencia en nuestro lenguaje y que podríamos hacer para cambiarlo y así conseguir una mayor salud mental que conlleva sin duda una mayor paz interna y esta a su vez, a una mayor felicidad.

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