¡Benditos tarados!

Como lavar un mamut lanudo

¡BENDITOS TARADOS!

Hasta hace un año no me gustaban los perros, ¡Lo confieso!. Soy un poco maniático con la limpieza y odiaba los pelos, las babas y la responsabilidad que conllevaba estar todo el día pensando en sacarle a pasear. Para más INRI, me solía mofar de la gente que te hablaba de su animal con un amor incondicional. Me parecían unos tarados/as  y de repente llegó la vida, y con una patada semicircular a la altura de la nuca, me golpeó para enseñarme mi subnormalidad profunda durante tanto tiempo.

En febrero de 2015, compramos dos cuentos sobre esos animales que viven con algunas personas, denominados mascotas –  “Cómo lavar a un Mamut lanudo” y “¡Oh no, Lucas!”. El primero nos describe como si fuera un manual aclaratorio, los pasos indispensables para dar un baño a tu mamut lanudo. Las imágenes son tan, tiernas, llenas de amor y divertidas, que los niños/as no paran de reírse. El toque surrealista del contenido, nos  ayuda a ver, desde otro punto de vista la vida con estos animales de compañía.  El segundo libro,  nos narra lo impredecibles que son nuestras mascotas, en concreto los perros. Ese gran amigo que tras una trastada descomunal se acerca a ti con mirada desvalida,  las orejas hacia atrás y moviendo la cola como diciendo “no soy yo, es mi naturaleza”. Es una fábula que enseña el valor de la responsabilidad, la paciencia, el perdón y la amistad.

Tras la lectura,  mis chicos nos preguntaron  que por qué no teníamos mascota si parecía que los personajes de los cuentos se lo pasaban tan bien  con esos animales que consideraban amigos suyos. ¡Mierda!, perdón ¡Cáspitas!, ¡traicionado por mis propios cuentos!. Guiller, ¿no querías ser un padre guay?.

Koda, nuestra perrilla, llegó a nuestro hogar un mes después y podemos decir sin  miedo a equivocarnos que tras un año de convivencia, no podríamos vivir sin ella. No me importan los pelos, le dejo que me muerda y alguna baba me llevo, la saco a pasear siempre que puedo y me calma cuando llego estresado del trabajo.

A día de hoy, soy un maldito tarado, hablo con otros tarados/as para conversar acerca de nuestras mascotas y me encanta. Este tipo de tarados me han enseñado otro tipo de sensibilidad que yo no conocía y creo que nos hace mejor persona. Desde que Koda llegó a nuestra casa, mis hijos no temen a otros perros, son más cariñosos y quieren tener más animales. Yo, por supuesto, como padre responsable y firme en las decisiones que tomo,  les he dicho que NO…. por ahora.

 

 

 

 

lucas

¡Oh no, Lucas!

Chris Haughton

Ed: Milrazones

ISBN: 9788493892753

 

 

 

Como lavar un mamut lanudo

Como lavar a un Mamut lanudo

Michelle Robinson & Kate Hindeley

Ed: miau

ISBN: 978-8415116967

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