Qué difícil es levantarse y oír llantos,
y que la sonrisa no aparezca en todo el día.
Qué difícil es acostarse enfadado,
levantarse mohíno y pasarte el día malhumorado.
Qué difícil es la ignorancia, superar los prejuicios,
los clichés y las sombras.
Qué difícil es ganarse la vida pareciendo el más tonto,
mordiéndote la lengua a cada grito.
Qué difícil es comer todos los días,
y no desayunar para cenar algo.
Qué difícil es subir a un avión y no bajarse,
convertirse en cenizas en un metro.
Qué difícil es huir de las bombas,
del hambre o del miedo.
Qué difícil es vivir bajo una tela,
un cartón o una lona.
Qué difícil es parecer felices a cada rato,
en cada post o en cada twiter.
Qué difícil es mostrarse bello,
y dejar de Dorian Gray se pudra en su retrato
Qué difícil es no hacer nada, ante tanta maldad que nos rodea.