Hay una frase que se me ha quedado grabada en mi vida, me la dijo una amiga un día de conversaciones nocturnas, las dos vivíamos en un piso de estudiantes en la ciudad de Madrid mientras realizábamos un master esos años (qué años aquellos…jajá). Parece mentira, pero hay cosas que se quedan impresas y no hay tiempo ni imágenes sucesorias que las borren…..es curioso.
Bueno para no cansaros mucho, os la transmito cuando ya han pasado nada más ni nada menos que 13 largos años….Mira Lidia, me decía ella con ese acento que la caracterizaba…. «Lo más importante para una mujer es su dignidad”. Se me quedó grabada la profundidad de su voz y la frase en concreto, que, por supuesto, se encuentra bastante relacionada con este tema del que hoy os vamos hablar: “la autoestima”
A medida que han ido pasado los años lo entiendo, en ese momento no tanto.
Cuando he ido viviendo experiencias tanto con relaciones afectivas como amistosas, me he dado cuenta lo importante que es quererse a una misma. Quizás sea la edad de los 40 o cerca de cumplirla (hay algunas que rondamos los 30 y tantos) lo que te hace reflexionar. A lo largo de la vida das con gente que potencia tu autoestima viéndote como alguien especial o maravilloso y, por el contrario, tienes etapas en la que no sabes que pasa, pero no te sientes lo suficientemente valorada… ¿Eres distinta persona en estas épocas? Qué va, no te engañes, no son los demás ni las épocas, eres tú la que construyes tu propia vida y no ellos, ni tampoco sus opiniones ni cómo creen que actúas, si lo haces correctamente, no es lo que dicta la sociedad, sino lo que tú misma te dices a esta edad, que marca un punto de inflexión y quizás una etapa en la que te planteas ciertas cosas.
A veces dejas que te boicoteen y te asalten pensamientos negativos con respecto a ti misma. ¿Qué he hecho durante todos estos años? No he llegado verdaderamente dónde yo quería llegar. Esto evidentemente, es producto de que nuestra autoestima se tambalea. Esto contribuye a una infelicidad continua porque vivimos permanentemente insatisfechas. Mientras no desarrollemos una actitud de aceptación de quiénes somos y comprendamos dónde queremos llegar, nunca alcanzaremos ese estado que se llama felicidad.
Para tener una autoestima sana, debemos cambiar las cosas que nos desagradan en nuestra vida y no ponernos tantas limitaciones de yo no puedo o yo no sirvo. Todas sabemos que es posible cambiar y proponerse metas a las que se llega antes o después y esto lo demuestra el hecho de que seguimos ahí luchando.
La autoestima es la valoración que hacemos de nosotras mismas. De esta valoración depende mucho también el trayecto y el camino de nuestra vida. Por ello, desde lacrisisdelos40.com os vamos a dar unos consejos para que nuestra autoestima sea sana y nos sirva de herramienta que contribuye a la felicidad de nuestras vidas:
- En primer lugar hemos de partir del hecho que no podemos plantearnos todos los objetivos que tenemos a la vez, ya que nos frustraríamos. Estos deben ser poco a poco y de manera diaria.
- Erradica de tu vida todo tipo de dependencia con respecto a los demás. No quiero aquí decir dejar de amar a los que quieres, sino no dejarse anular por nadie teniendo criterios propios y voluntad para llevar a cabo tus planes.
- Arriésgate a cometer errores. Es cosa de humanos errar, y estos suelen ser oportunidades de crecimiento también, porque de ellos aprendemos para avanzar y no volver a cometerlos o, al menos, intentarlo.
- Dedícate tiempo: tanto para hacer deporte como para escuchar música….bailar…en fin, para aquello que te haga sentir feliz.
- Acéptate cómo eres y se tu misma: se consciente de que no sólo tenemos defectos sino también virtudes. Potencia estas últimas y no resaltes sólo lo negativo que puedas tener. Expresa todo aquello que sientes sin vergüenza. A veces necesitamos oír que nos quieren.
- Evita todo tipo de relaciones destructivas: aquellas relaciones que nos anulan como personas o que nos tienen encadenadas perdiendo la esencia de lo que éramos, no interesan. Quiere a quien te quiere y ama a quien te ame. Ese el verdadero amor, el que te demuestras a ti misma eligiendo aquello que merece la pena.
Y sobre todo, empieza a quererte tú desde lo más profundo de tu ser, no esperes a que nadie lo haga por ti.
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