No sé si algún día habrás sentido miedo en esta etapa de tu vida, yo personalmente sí, y todo lo que conlleva esto, miedo a si tus decisiones serán o no las acertadas. Hay muchos tipos de miedo y este, como se suele decir, es libre, está claro.
Podemos tener miedos pero me hago una pregunta que os trasfiero para que os la hagáis también…¿Pueden realmente nuestros miedos paralizarnos la vida?. El miedo en si, no es un problema, el problema es cuando este nos paraliza las actividades cotidianas tales como salir a la calle, no expresar sentimientos por miedo al rechazo, no conducir por miedo a tener un accidente o uno de los más comunes, el miedo a volar, lo cual te impide conocer otras culturas y disfrutar de algo diferente a lo que vives todos los días. …por citar algunos, porque hay multitud de miedos en los que podríamos detenernos exhaustivamente.
Llega un momento en tu vida en el que te das cuenta de todas las cosas que te has perdido por miedo, en ocasiones justificado, y en ocasiones no, tan sólo creadas por tu propia mente, es ahí, en esos momentos, en los que debemos actuar.
Cuando el miedo te paraliza, la vida pasa y no te das cuenta de todas y cada una de las cosas que estás eludiendo y que te harían la vida más agradable porque cuando tenemos miedo, sólo tenemos tiempo de concentrarnos en el. No nos permite disfrutar de nada, por eso, cuando este se prolonga en el tiempo, hemos de actuar lo antes posible, ya que hay muchas oportunidades que podríamos perder. Por ejemplo , no conocer a alguien por miedo al fracaso o, no ir a una entrevista de trabajo, no sea que la contestación de la empresa sea un “ NO, usted no es adecuado para el puesto”
Con el tiempo anticipamos nefastas situaciones que podrían ocurrirnos, ya que no estamos exentos de las mismas (todo hay que decirlo), no obstante, también hay logros y cosas maravillosas que pueden suceder ¿Por qué no emplear nuestra energía en que sean ellas las que tengan cabida en nuestra vida?
No nos consta que haya ninguna clasificación de los miedos aunque si de las fobias, las cuales están clasificadas dentro del DSM IV en los trastornos por ansiedad y son las siguientes:
F41.0Trastorno de angustia sin agorafobia (300.01)
F40.C01Trastorno de angustia con agorafobia (300.21)
F40.00Agorafobia sin historia de trastorno de angustia (300.22)
F40.2Fobia específica (300.29),
F40.1Fobia social (300.23)
Con el objetivo de ser breves, definiremos fobia específica, la más general. que tiene que ver con un miedo intenso. * Al final del artículo. Sin darte cuenta puedes adquirir más y más miedo sobre algo y esto ya dificulta tu vida y te obstaculiza muchos aspectos de la misma.
Para superar cualquier miedo que tengamos hemos de dar varios pasos.
En primer lugar, relajarnos. Cualquier decisión que tomemos es buena si estamos seguras y si, después de tomarla, vemos que nos hemos equivocado, ¿Qué problema hay?. Podemos tomar otra. No deberíamos dramatizar “Nada es tan importante como para desestabilizarnos”. Si por ejemplo, emprendes un proyecto y pierdes dinero, puedes recuperarlo y aprendes a afrontar la pérdida, si dejas una relación afectiva puedes tener otra relación futura mejor, si pierdes un trabajo, puede que otro te esté esperando. Lo que me gustaría trasmitiros es que la vida es una carrera de obstáculos y aunque se tenga miedo a algo, lo mejor es enfrentarnos y “VIVIR”.
Y, ya sabéis, desde Crisisdelos40.com, no vamos a dar por finalizada esta reflexión sin unos pequeños consejos, así que si tienes miedo a algo en esta etapa en la que rondamos los 40 o nos falta poco para llegar:
Se consciente de a qué tienes miedo y pregúntate si hay control sobre la situación temida.
Ten claro lo que quieres conseguir.
Haz porque ocurra lo anterior y pasa a la acción con todas tus fuerzas ( es lo que probablemente te dará felicidad)
Si algo sale mal, afróntalo y tómate tus equivocaciones como lecciones para aprender en esta universidad en la que todas estudiamos y nos presentamos a exámenes, la universidad de la vida.
Nos vemos pronto…….gracias a todas.
*Fobia específica: Según el DSMIV Temor acusado y persistente que es excesivo o irracional, desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación específicos (p. ej., volar, precipicios, animales, administración de inyecciones, visión de sangre).
B. La exposición al estímulo fóbico provoca casi invariablemente una respuesta inmediata de ansiedad, que puede tomar la forma de una crisis de angustia situacional o más o menos relacionada con una situación determinada. Nota: En los niños la ansiedad puede traducirse en lloros, berrinches, inhibición o abrazos.
C. La persona reconoce que este miedo es excesivo o irracional. Nota: En los niños este reconocimiento puede faltar.
D. La(s) situación(es) fóbica(s) se evitan o se soportan a costa de una intensa ansiedad o malestar.
E. Los comportamientos de evitación, la anticipación ansiosa, o el malestar provocados por la(s) situación(es) temida(s) interfieren acusadamente con la rutina normal de la persona, con las relaciones laborales (o académicas) o sociales, o bien provocan un malestar clínicamente significativo.
F. En los menores de 18 años la duración de estos síntomas debe haber sido de 6 meses como mínimo.
G. La ansiedad, las crisis de angustia o los comportamientos de evitación fóbica asociados a objetos o situaciones específicos no pueden explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental, por ejemplo, un trastorno obsesivo-compulsivo (p. ej., miedo a la suciedad en un individuo con ideas obsesivas de contaminación), trastorno por estrés postraumático (p. ej., evitación de estímulos relacionados con un acontecimiento altamente estresante), trastorno de ansiedad por separación (p. ej., evitación de ir a la escuela), fobia social (p. ej., evitación de situaciones sociales por miedo a que resulten embarazosas), trastorno de angustia con agorafobia, o agorafobia sin historia de trastorno de angustia.
Especificar tipo:
Tipo animal
Tipo ambiental (p. ej., alturas, tormentas, agua)
Tipo sangre-inyecciones-daño
Tipo situacional (p. ej., aviones, ascensores, recintos cerrados)
Otros tipos (p. ej., evitación fóbica de situaciones que pueden provocar atragantamiento, vómito o adquisición de una enfermedad; en los niños, evitación de sonidos intensos o personas disfrazadas).
