Ojiplática me quedé el otro día cuando un amigo va y me dice que se iba a las oficinas del ‘paro’. Obviamente le pregunté que si a buscar trabajo, ya que como gran parte de la población española se encuentra situación de desempleo, y cuál fue mi sorpresa cuando me contestó que no, que iba a ver si veía a algún amigo, que hacía meses que no les veía. Vamos, que resulta que ahora hay que ir al Inem a ahogar tus penas y ver a tus amigos. ¡Lamentable!
Sí, con esa cara de póker me quedé yo y encima hay que tomárselo con filosofía porque, oye, por lo menos nos quedan los amigos. Los mismos que te hacen una fiesta sorpresa por tu cumpleaños –eso sí, sin tarta- y te regalan un diario de Barbie para escribir tu blog, junto con sus bolígrafos, todo muy ‘cuqui’. Y encima va y se te cae la lagrimilla, si es que esto de acercarte a los 40 años es muy malo. Menuda crisis existencial que no sabes si ponerte a llorar de la emoción o liarte a mamporros con los compinches que llevan toda una semana mintiéndote, mientras ellos se lo pasan pipa a tu costa.
Pero para mamporro el que me llevé la semana pasada. No os ha pasado alguna vez que os tropezáis con vosotros mismos –para que alguien me ponga la zancadilla, ya me la pongo yo- y os caéis el mayor trompazo de vuestra historia en una calle abarrotada de gente, que suele ser en la Plaza Mayor o en una calle comercial. Hombre, no iba a ser donde no me viera nadie, noooo. Aún recuerdo la cara de pánico de dos señoras mayores, que paralizadas no atinaban más que a mirarme atemorizadas. Y por supuesto, tras derrapar, aterrizar durante varios metros y salir volando mis gafas, teléfono y bolso, me levanté muy dignamente y ya sabéis lo que tuve que hacer ¿no? Pues tranquilizar a las señoras que seguían asombradas porque no me hubiera pasado nada.
En resumen, dos semanas de dolor de trasero, que menos mal que me pasa como a Inma Cuesta, que no sólo tengo, sino que estoy muy orgullosa de tenerlo. Anda que menudo lío han montado con esto del Photoshop, aunque yo esperaba un apoyo mayor de actrices y modelos, al estilo Brave Heart, enseñando el culo todas juntas, que las mujeres no tenemos que avergonzarnos de nuestras curvas, que tienen que tapar sus vergüenzas y sus prejuicios son otros.
Yo sólo lo haría por ver la cara del cardenal Cañizares, aunque lo siento por su eminencia pero hasta el propio Jesucristo dijo que ‘la verdad os hará libre’, y esto de usar Photoshop en las fotos es un poco como mentir sobre nosotros mismos. Sólo espero que la penitencia este a la altura de este tipo de pecados, ya que bastante castigo tenemos las mujeres para salir bien en Instagram.