“Un día el Señor Amos se despertó entre estornudos y escalofríos. Intentó levantarse de la cama y dijo – Creo que no podré ir a trabajar hoy –. Mientras tanto en el zoológico sus amigos, le esperan con ilusión como todos los días. Ante la perspectiva de su ausencia acuerdan tomar su propia decisión….”
Os presento Un día diferente para el señor Amos, una mágica historia que podría tener multitud de interpretaciones pero siempre que la leo me hace reflexionar sobre la necesidad de cuidar y ser cuidado.
La semana pasada, volviendo en coche con una compañera de trabajo, hablábamos de las relaciones sociales a nuestra edad. ¡Qué difícil es hacer amig@s como los de antes con 37 años! – le dije. Mis amistades están todas fuera y “recorcholis” (soy consciente de la cursilada pero me estoy quitando de las palabrotas) les echo tanto de menos. Amistades que conoces en el colegio o instituto y ya no sabrías definirlos bien porque se han transformado en algo más intenso, en casi-herman@s. Aquell@s amig@s que tienen toda tu confianza, con los que el tiempo se pasa volando y dejan una sensación de alegría constante.
Leyendo la historia a Marcos, mi segundo hijo, (ya os estáis dando cuenta que gracias a ellos descubro que los cuentos siempre aparecen en los momentos adecuados), pensé en lo injusto de mis reflexiones ese día en el viaje de vuelta a casa. Es cierto, que hay relaciones especiales y no menos cierto, que con la edad, nos volvemos más nostálgicos y queremos creer que no tenemos tiempo para disfrutar de nuevas relaciones, pero ¿no era una reflexión un poco pesimista, incluso derrotista? Volví a la paz de las ilustraciones de la historia, que os recomiendo fervientemente que le dediquéis tiempo. Me fijé en el señor Amos y sus detalles hacia los otros, ¡Qué gratificante resulta atender y ser atendido por una persona cercana aunque no sea el “supermejormegaamigo” del mundo!.
Esta fábula me cuenta que debo achuchar más a los que me rodean. Que en mi rutina diaria estoy cuidado por mucha gente que me regala su oído, que se sienta a mi lado y me hace reír, que me dan las malas noticias con bondad y fragilidad, que siempre tienen un pañuelo cuando estornudo y me calienta del frio sin abrigo alguno.
Os lo digo a vosotr@s; lectores, compañer@s de trabajo, amig@s de Segovia y amigos que estáis tan lejos. Prometo ser perseverante en mi tarea de cuidar con palabras. Quiero ser como el Señor Amos y aprovechar la oportunidad de que os seáis mis Casi-………
Seguimos jugando: ¿me contáis como os han cuidado hoy?
Un día diferente para el señor Amos
Stead, Philip C./Stead, Erin E.
Editorial: Oceano Travesía
ISBN: 9786074005288