Ya han pasado 13 semanas, es increíble cómo pasa el tiempo… hace nada estaba flipando con el test de embarazo y ahora no dejo de mirar su primera ‘foto’. La primea ecografía, entorno a las doce semanas, es muy importante, sobre todo, para que te confirmen que el feto está vivo y cuantos bebés hay, algo con lo que mi marido estaba especialmente preocupado, – ¿viene solo uno, verdad doctora? -, que digo yo, si hubieran sido dos, que no es el caso, ¿qué hubiera hecho?, ¿vender uno?, hay veces, muchas, tal vez demasiadas, en las que no entiendo a los hombres.
Se supone que somos nosotras las complicadas, ¿no?, pues parece que no, pero si me ha llegado a decir que pase lo que pase en casa solo íbamos a ser cuatro, que si venían dos bebés, él se tiraba por un puente y se eliminaba de la ecuación… de verdad, ¿a quién están afectando realmente las hormonas del embarazo?.
En fin, que, pasado el susto inicial, es tan bonito acudir a la primera ecografía y escuchar su corazoncito que va a mil por hora y ver como se mueve pataleando y subiendo los bracitos. Y es que realmente alucinas, es una personita perfectamente hecha y ¡¡tiene el tamaño de un kiwi!!, la cabeza, obviamente aún es más grande que el cuerpo, pero se ven perfectamente todas las extremidades y el cuerpecito traslúcido deja ver la columna vertebral… es casi irreal.
En estos momentos es cuando no entiendo que alguien esgrima la ‘excusa’ pro abortista de que el feto puede ser eliminado porque no es persona… pues mira, que se busquen otro razonamiento un poco más científico, porque lo que yo veo y siento debajo de mi piel, es VIDA con mayúsculas, hasta límites insospechados.
Y que quede claro que no soy una ‘anti aborto’ extremista ni nada por el estilo, una vez más creo que hay límites y estoy totalmente de acuerdo con determinados supuestos, como en el caso de las malformaciones, enfermedades graves, violaciones… es una decisión tan sumamente dura y personal para unos padres, que sería incapaz de juzgar a nadie por ello y mucho menos sin estar en su pellejo.
Ahora bien, aquellas y aquellos adolescentes que juegan a ser adultos y consideran el sexo como algo trivial y sin importancia, y que sin una pizca de conocimiento se quedan embarazados, pues oye, si somos ‘mayorcitos’ para unas cosas, lo somos para todo. Aquí creo que soy un poco inflexible, pero mucho me temo que, si tuviera una hija, y yo, como madre, cometiera el error de no educarla bien, porque aquí juega un papel tremendamente importante la familia y la educación -no hablo de la escuela, que eso es otra historia-, y se quedara embarazada con 14, 15, 16 años, por poner un ejemplo, para empezar, la castigaría el resto de su vida sin salir de casa y por encima de mi cadáver, abortaría. Yo soy así…radical para mis cosas.
Es un tema muy serio y tampoco creo que deba haber decisiones extremas a nivel político, como todo en esta vida, nada es blanco o negro, hay una amplia gama de grises. Yo no acepto que por ley se me niegue o se me imponga la posibilidad de abortar, ya de partida empezamos mal. No se debe imponer, existe algo que se llama libertad y que no me cansaré de reivindicar, respetando siempre la libertad del que tengo enfrente, pero por encima de todo, sin juzgar. Y no quiero entrar en temas religiosos, aunque ya he tocado la policía de refilón y son temas que prefería obviar, aunque es un poco inevitable. Lo zanjo aquí: ojalá que nadie tuviera que pasar por una decisión así.
Bueno, termino como he empezado, primer trimestre superado, todo está bien y esto va viento en popa a toda vela, seguiremos informando.