Creo que para nadie ha pasado desapercibida la noticia en la cual se informa que, la Agencia Internacional sobre el Cáncer (IARC), perteneciente a la Organización Mundial de la Salud, ha incluido la carne roja y la carne procesada dentro de la clasificación de los alimentos considerados, en mayor o menor medida, posibles causantes del desarrollo de cáncer de colon.
Este análisis que voy a hacer, no llega el día de la publicación de la noticia, ni dos días después. Llega después de unos días de leer y analizar toda la información con la que nos han bombardeado.
La idea general de lo publicado es la siguiente:
Las carnes rojas se consideran dentro del grupo “probablemente carcinogénico para humanos” y, las carnes procesadas se consideran dentro del grupo “carcinogénico para humanos”. El consumo diario de 50 g de carne procesada, aumenta en un 18% el riesgo de desarrollar cáncer de colon.
He escuchado y leído muchas reacciones al respecto:
La industria cárnica muestra su rechazo al respecto. Lógico ¿no?
Hay personas que bromean con el análisis realizado, incluso he visto chistes al respecto. ¿Mi opinión? La Organización Mundial de la Salud no es un organismo que me provoque desconfianza, me lo creo.
Otra reacción muy extendida, ha sido el pensar que hay que dejar de comer carne roja y carnes procesadas. No hay que ser extremista.
Por un lado, me gustaría puntualizar que, esta organización se dedica a analizar diversos informes al respecto y proceder a la Identificación del Riesgo. El siguiente paso es que, la Autoridad Europea, realice el informe en el cual Evalúen el riesgo, una vez tengamos esta información, podremos tener una conclusión firme.
Hasta que llegue este informe, no debemos alarmarnos. Debemos mantener en nuestro esquema nutricional y las recomendaciones que, hasta el momento, tenemos de las carnes rojas y carnes procesadas. ¿Las recordáis?
Consumo moderado/ocasional (no más de 2 veces a la semana) de carne roja y carne procesada.
Como guinda al pastel, deciros que esta semana he leído que somos uno de los países europeos con mayor acceso a una alimentación segura, saludable y de calidad. ¡Aprovechémoslo!
