Antes de daros nuestro parecer con respecto a este tema, pensamos que es necesario partir de la definición de motivación y de los dos tipos que hay de la misma: motivación intrínseca y extrínseca.
Cómo hay muchas teorías y perspectivas con respecto al tema, vamos a partir de las teorías cognitivas de la motivación que explican la motivación de cada individuo centrándose en el papel desempeñado por sus pensamientos, expectativas y comprensión del mundo.
Diferencian entre:
Motivación intrínseca: motivación que provoca que la gente participe en una actividad para su propio gozo y no por la recompensa que derivará de ello.
Motivación extrínseca: motivación que provoca que las personas participen en una actividad por una recompensa tangible.
Uno de los modelos motivacionales qué más completos nos parece es el modelo motivacional de Maslow. En este se especifica que las necesidades motivacionales se suceden en una jerarquía que va desde las necesidades primarias hasta las de orden superior. Las categorías específicas incluyen las necesidades fisiológicas, de seguridad, de amor y pertenencia, de estima y de autorrealización, que es un estado de satisfacción consigo mismo en el que las personas desarrollan su máximo potencial. Lo importante es que la persona se sienta en paz consigo misma, y que esté satisfecha de utilizar al máximo sus talentos
Después de esta aclaración teórica te hacemos dos preguntas con las que parte nuestro análisis acerca de la motivación:
¿Crees que te conoces y no identificas por qué te bloqueas o por qué te diriges hacia una meta? ¿Realmente merece la pena intentar recorrer el camino sin saber muy bien por qué o no siendo consiente de tus objetivos?
Todas estas preguntas podemos hacérnoslas en un momento determinado y, quizás alrededor de los 40 años, pararnos a pensar acerca de lo ya pasado, a dónde hemos llegado y dónde queremos dirigirnos.
Todas nos encontramos inmersas en un devenir de circunstancias que afectan inevitablemente hacia aquello que sentimos o queremos. Si por ejemplo, estamos preocupadas por realizar bien el trabajo del día a día y tenemos una circunstancia como superar un duelo, ese hecho traumático nos impide centrarnos en el trabajo bien hecho. Somos seres que flotamos en un mar en el cual no sabemos lo que nos vamos a encontrar. Hay que contar con ello y ser valientes porque si no, el centrarse en la autorrealización es imposible.
Podemos movernos por incentivos externos muchas veces y más en esta sociedad de consumo y competitiva dónde nos inducen que los principales motivos de seguir son; ascender en un trabajo, conseguir más dinero, tener un buen cuerpo,… en fin, llegar a la máxima perfección que podamos. Quizás todo esto nos impida centrarnos en nosotras mismas que, en definitiva, es lo que nos haría más felices. Es por ello que a esta edad, cuando ya hemos vivido muchas experiencias y nos encontramos en una madurez plena, es cuando debemos plantearnos por qué hemos de movernos y por qué se guía nuestra vida. ¿Vamos viviendo sin creencias o motivos que nos hagan fluir o nos den una felicidad real?
Quizás pensar todo esto nos invita a intentar conocernos mejor y a luchar por nuestra felicidad realizando cosas que queremos, pero que queremos de verdad, no aquellas por la que los demás nos van a dar la aprobación.
Ya a esta edad debes moverte por factores intrínsecos y no por lo que quieran los demás. Para eso desde crisisdelos40.com te invitamos a qué tengas en cuenta que el autoconocimiento no debe pasar de largo por tu vida. Debes reparar en la importancia de esto. Párate a reflexionar un día y preguntarte que te afecta y qué es lo que te hace feliz, que motivos mueven tu fuerza interior.
La motivación viene del propio autoconocimiento, si tú sabes lo que te hace sentir mal, escapa de ello, céntrate en aquello que te hace sentir feliz, valora tus cualidades y reálzalas, teniendo en cuenta que no vas a dar gusto a todo el mundo, a cada cual le parecerá una cosa, céntrate en ti que es cómo vas a ser más feliz y lo demás no se merece la más mínima importancia.
Todo lo que puedo decir a esta edad es que la manera más bonita de vivir este tramo tan corto que es la vida es disfrutara al máximo, pero sintiéndolo interiormente, sintiéndote satisfecha por dentro, dejándote mover por motivos interiores y no exteriores porque se quedan en la nada y pasan, en cambio, cuando sientes que fluyes y sientes que la vida merece la pena, la felicidad es mayor. Esta la conseguimos a través de la motivación intrínseca que requiere el autoconocimiento y, por supuesto, el estado de fluir en todos los aspectos de la vida.
Cuando encontramos una meta por la que vale la pena esforzarse, todo fluye. Por ello, si no la tienes ahora, reflexiona y piensa que es lo que te haría fluir y lucha por ello con todas tus fuerzas.