Estamos ya en fechas de regalar, fechas en las que esta sociedad consumista nos mete de lleno en la locura de comprar y comprar, y a veces, solo por comprar. Los anuncios, la decoración de las calles, las rebajas y ofertas adelantadas y toda la “magia de la Navidad” nos embauca y perdemos muchas veces el norte de lo que estamos haciendo realizando compras compulsivas casi sin reflexionar.
Y en esta pérdida del norte, muchas veces el destinatario final son los niños, que, a su vez, también bombardeados por la sociedad de consumo, están locos con los catálogos de juguetes pidiendo sin ton ni son listas infinitas a los Reyes Magos y a Papá Noel.
Es necesario que nos paremos y les paremos, es necesario reducir consumos y pensar que no todo juguete vale, no todo juguete es educativo, no todo juguete merece la pena. Así que, para ayudar a sus Majestadesa pensar en sus destinatarios más pequeños, os dejo unas claves importantes:
— Juguetes sin pilas. Los juguetes electrónicos son demasiado estancos, solo hacen la función para la que están diseñados y difícilmente se pueden usar de distinta forma. Además, son bastante más frágiles y perecederos que los que no las llevan y acaban suponiendo un coste mucho mayor al necesitar reponer baterías con frecuencia. Pero, lo más importante, captan la atención de los niños, en lugar de que ellos se la presten al juguete, y saturan sus sentidos, provocando que, sin querer, estemos estimulando un tipo de atención que poco ayuda posteriormente al aprendizaje escolar, pues en vez de estimular el mantenerse concentrados en un estímulo, potencian la atención a muchos estímulos en poco tiempo sin permitir un procesamiento adecuado.
— Juguetes polivalentes tipo construcciones, Playmobil o similares, muñecos. Son juguetes que permiten a los niños crear distintos escenarios de juego simbólico, potencian el desarrollo de áreas de procesamiento espacial, fundamentales para el rendimiento matemático; facilitan la estimulación de un pensamiento divergente y creativo, clave para la resolución de problemas; favorecen el desarrollo de la motricidad fina.
— Juegos de mesa: a parte de que los hay de mil clases que nos pueden servir para trabajar y reforzar muchas áreas de desarrollo (lenguaje, razonamiento lógico, orientación espacial, planificación, cálculo…), en términos generales son muy divertidos y ayudan a: compartir tiempos lúdicos y divertidos en familia o con amigos, aprender a respetar y sujetarse a unas normas, a mantenerse centrados durante un tiempo largo en una misma tarea, a estar sentados un tiempo prolongado, a saber ganar y perder con deportividad.
— Cuentos: imprescindibles para el desarrollo de los niños. Cuentos para soñar, para aprender, para enriquecer el vocabulario, para reír, para crear, para creer… hay cuentos para todo, seguro que tu librero te puede ayudar a elegir los mejores.
Y con estas recomendaciones, os deseo que seáis muy felices estas Navidades y disfrutéis de unos buenos momentos en familia.