Sin pretender ser reiterativos, se hace imprescindible para ponernos hablar del tema de hoy “La crisis en la pareja” partir de otra crisis a nivel personal: “La Crisis de los 40”.
Tanto hombre como mujeres, dependiendo de cada persona, pasan por una fase en su vida en la que miran hacia atrás y realizan una evaluación de lo que han hecho hasta ahora, qué objetivos se han cumplido en su vida, dónde han fallado, cuáles han sido los logros obtenidos.
Y como cada uno somos un mundo, cada cual juzgará, de una forma u otra, su actuación hasta el día de hoy. Es en estas ocasiones, al plantearnos las cosas y pensar, es cuando puede que la insatisfacción nos invada. Yo pensaba estudiar otra carrera con la que habría conseguido tal trabajo, o yo quería invertir en una casa en el campo, yo quería montar un negocio junto a él o ella, viajar más….y un largo etc.
Esta insatisfacción genera un malestar personal que transferimos a la pareja, injustamente. Primero, se producen discusiones nada gratas y luego se provoca una incomunicación como evasiva al conflicto. A medida que este va desarrollándose en gradación ascendente, se pierde el sentido y la tristeza y desilusión van ganando terreno. La autoestima tanto de uno como de otro miembro de la pareja se ve mermada, ya no se sienten como personas deseadas por el otro, y evidentemente, no se sienten entre ellos, se apaga la luz y la esperanza en ser feliz junto a esa persona.
Al final dejamos de invertir en la satisfacción del otro e incluso de ti misma y es así como surge una etapa de hastío que puede llevar a la ruptura.
Desde la crisisdelos40.com queremos dar una visión positiva de que estar en pareja puede ser muy grato si los dos aportan soluciones al conflicto en lugar de huir de él. Es muy difícil ponerse de acuerdo en determinadas cosas cuando se trata de dos personas y tu actuación no depende sólo de ti, sino de cómo se sentirá el otro también, pero se puede intentar, ya que, si abandonamos el camino cada vez que hay un bache, nunca vamos a llegar a la meta, que en este caso, es la felicidad.
- A la hora de superar una crisis nuestro primer consejo es fomentar la comunicación en la pareja que no es sólo hablar, sino también saber escuchar, poniéndonos en el lugar del otro, es decir desarrollar cierta dosis de empatía para poder lograr entenderle.
- Ante todo conflicto, lo mejor es quitar hierro al asunto y desarrollar el humor para relajarse y que no todo este invadido de tensión y hostilidad, así nada se soluciona.
- Debemos mostrar nuestro cariño a la pareja con caricias o actos que realmente le hagan o la hagan sentir que estamos dispuestos a esforzarnos en solucionar este bache o mala época que estamos pasando.
- Tenemos que tener en cuenta y como elemento muy importante, el respeto hacia la otra persona, ya que si caemos en ridiculizaciones absurdas e incluso insultos, no hay nada que hacer.
- Cuando retienes a una persona y el amor es posesivo no hay amor, ya que no contribuyes a que esa persona pueda realizarse y tenga su propio espacio. No siempre tenemos las mismas aflicciones ni la misma gente a nuestro alrededor. Hay que dejar al otro su propio espacio.
- La expresión de cómo nos sentimos y de lo que sentimos a su vez es fundamental, ya que el otro no es adivino. Es necesario que si le queremos, le seamos totalmente sinceros.
- Y sobre todo, si a pareja lleva tiempo junta, debemos sopesar estos años de conocimiento y de vivencias que son como un edificio, los cimientos se han hecho y eso es lo más complicado. No tiremos todo el trabajo por tierra.
Nuestra visión es de lucha, “Luchar hasta que se pueda”. Hay situaciones en las que la ruptura es la mejor solución. La pareja se encuentra en un laberinto emocional y las atribuciones que se realizan entre ambos miembros son siempre negativas. El halo de negatividad que caracteriza a la relación se ha hecho constante, el juego psicológico que se ha provocado es peligroso para tu salud tanto física como psíquica. En estos momentos, es mejor salir de ahí corriendo porque la otra persona no está dispuesta a solucionar nada, por tanto, ya no te ama. Rompe y empieza un nuevo camino dónde, seguro, con tu voluntad, serás más feliz. Imprime tu carácter e todas aquellas cosas que hagas e intenta hacerlas bien porque, como siempre, llegamos a la conclusión de que somos el motor de nuestras propias vidas.