En mis días libres, el desayuno es uno de los mejores momentos para mí. Esto es por la simple razón de que, a diario, es la comida a la que menos tiempo suelo dedicar. Las prisas, los 5 minutos más que me gusta quedarme en la cama,… ¡siempre hay algo que hace que reste minutos al desayuno!
Y es que nadie me puede negar el gustazo de sentarte con un buen café, una buena rebanada de pan con aceite, un poquito de jamón y un zumo natural.
Hoy os quiero hablar de la importancia de tomarnos nuestro tiempo para desayunar en condiciones, ¡afrontaremos el día con mucha más vitalidad!
- El desayuno tiene que aportarnos un 25% de la energía total que consumimos a diario. Si, generalmente, una mujer adulta tiene una dieta de 2000 kcal/días… 450-500 de ellas nos las tiene que aportar nuestro desayuno.
- Tiene que ser variado y equilibrado: lo ideal es que, al menos, tomásemos un lácteo, una pieza de fruta o un zumo natural y una ración de hidratos de carbono.
- Está comprobado que, un buen desayuno, aumenta nuestro rendimiento físico e intelectual durante el día.
- Esto es aplicable en todas las etapas de la vida y, más aún, para los pequeños. Educa a tu familia haciendo que el desayuno sea un momento fundamental del día.
Hace poco leí un artículo de la Fundación Española del Corazón, donde daba algunas alternativas de desayunos, ¡Aquí os lo dejo!
- Un vaso de leche. Dos rebanadas de pan con aceite. Una loncha de jamón serrano. Una naranja.
- Un vaso de leche con miel. Dos tostadas de pan integral con queso fresco. Dos mandarinas.
- Un vaso de leche con cacao. Cuatro galletas. Una manzana.
- Un vaso de leche. Dos tostadas integrales con aceite y tomate. Una pera.
- Yogur azucarado con copos de cereales. Un plátano. Un zumo de naranja natural.
- Un vaso de leche con azúcar. Una tostada con mantequilla y mermelada. Un zumo de melocotón.
- Un vaso de leche con cacao. Dos magdalenas. Un kiwi.