Lo reconozco. Soy fan del oro líquido, soy fan del Aceite de Oliva Virgen Extra. Me gustan los más aromáticos, los que tienen una personalidad infinita, los que no pasan desapercibidos.
Mi madre siempre haya aderezado y cocinado con este tipo de aceite, eso ha influido mucho. Y ahora es el aceite que sigo usando, en mi casa no hay otro.
Por eso, y porque no cesan los estudios que demuestran los efectos positivos de éste sobre nuestra salud, hoy quiero hablaros de uno de los mayores tesoros que tenemos en nuestro país. El Aceite de Oliva Virgen Extra es uno de los pilares de la famosa Dieta Mediterránea (de la cual, os hablaré muy pronto).
Hace unos días, se presentaron en Madrid los resultados del Estudio PREDIMED, de la Universidad de Navarra y del Centro de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición. En este estudio se ha demostrado el efecto positivo en la prevención del Cáncer de mama.
En el estudio se han hecho tres grupos: el primero de ellos con una dieta mediterránea rica en Aceite de Oliva VE (50 gramos), el segundo con una dieta mediterránea rica en frutos secos (30 g) y, el último, con una dieta baja en grasas.
El resultado no es otro que: en el primer grupo, se ha observado un descenso de un 68% en el riesgo de padecer cáncer de mama y en el segundo grupo también, pero sin un descenso significativo. ¡Flipasssss!
Y no acaba aquí, también influye positivamente en:
- La evolución del deterioro cognitivo
- La reducción del riesgo cardiovascular
- El control del colesterol y la prevención de la arterioesclerosis
- La oxidación de las células,…
¿Aún os queda alguna duda? Aquí tenéis la confirmación de que no todo es eliminar todas las grasas de nuestro día a día, sino de elegir bien lo que comemos.
