Ya tenemos encima esos días en los que el azúcar inunda nuestras vidas… Bueno, el azúcar, las burbujas, las comidas fuera de casa, las mesas con comida para un ejército, las copitas con los compañeros de trabajo, con los amigos, con las de tu clase de body combat, con las mamás de la clase de los niños, con tu familia,… ¿Sigo?
Es inevitable que nuestra rutina cambie estos días y, de hecho, se agradece. El problema llega el 7 de Enero, cuando te das cuenta que los pantalones te quedan un poco prietitos, que tu estómago te pide un descanso y que te notas más cansado de lo habitual aunque hagas menos de lo que haces diariamente.
Siento deciros que no tengo las claves del éxito para salir airosa de las Navidades, pero si algunos consejos que pueden ayudaros para que, la cuesta de Enero (nutricionalmente hablando), tenga una menor inclinación.
La palabra más importante estos días es planificación. En el caso de que los menús dependan de ti, intenta compensarlos entre ellos. Si por el contrario, las comidas y las cenas las haces fuera de casa, ten en cuenta siempre que, la carga calórica ingerida en la comida puede ser mayor que en la cena y, que a la hora de elegir los platos que vas a comer, no debes olvidar el resto de ingestas del día.
Algo importante que debo deciros también, es que la fruta y la verdura no están prohibidas en Navidad, os lo prometo. Las verduras pueden ser una guarnición perfecta para tus platos principales y la fruta, puede ser un postre perfecto antes de atacar el dulce, solo tienes que hacer una presentación más original de lo habitual: brochetas, macedonias. De este modo, disminuirá la ansiedad del dulce antes de poner los polvorones y los mazapanes en la mesa.
En casa, no solo por preparar platos más ligeros, sino por la comodidad que esto conlleva, opta por platos al horno. Si comes fuera, evita las salsas, y opta también por platos preparados al horno o a la plancha. Si es pescado en vez de carne, mucho mejor.
Otro consejo importante para estos días es que hay que seguir haciendo pequeñas y ligeras ingestas entre las comidas. No vale eso de… hoy no desayuno ni tomo nada a media mañana porque en la comida me voy a atiborrar. ¡ERROR! Si actuamos así, aumentará nuestra ansiedad, comeremos mucho más y descompensaremos nuestro organismo.
Para terminar, deciros que hay que evitar abusar de bebidas alcohólicas. Engordan, y mucho.
Vale, es Navidad, pero hay días en los que no hay nada especial. Esos días, tenemos que mantener nuestro menú variado y equilibrado, sin olvidar nuestra ración de ejercicio físico diario, importantísimo.
¡FELIZ NAVIDAD!