¿Quién no conoce a alguien intolerante al gluten, a la lactosa, alérgico al pescado o a los frutos secos?
Este se ha convertido en un tema de grandísima importancia para la industria alimentaria, ya que es un punto clave en la seguridad de los productos que ponen a disposición del consumidor. Estos, además, deben incluir en su etiquetado todos aquellos componentes que contengan, que causen cualquier tipo de alergia o intolerancia.
Aquí tenéis la lista de todos, estoy segura que algunos no os suenan tanto como otros:
- Cereales que contengan gluten (trigo, centeno, cebada, avena, espelta, kamut o sus variedades híbridas)
- Crustáceos
- Huevos
- Pescado
- Cacahuetes
- Soja
- Leche
- Frutos con cáscara: almendras, avellanas, nueces, anacardos, pacanas, nueces de Brasil, pistachos o alfóncigos, macadamias o nueces de Australia
- Apio
- Mostaza
- Sésamo
- Dióxido de azufre y sulfitos
- Moluscos
- Altramuces
Por otro lado, es importante saber que, no es lo mismo una alergia que una intolerancia alimentaria.
Una alergia provoca una reacción del sistema inmune frente a los alérgenos, percibiendo estos como una amenaza. Por lo que aquellas personas que presenten alergias graves, deben ser muy muy cuidadosos con los alimentos que consumen. Generalmente, los síntomas son cutáneos (picores, inflamaciones), gastrointestinales (diarreas, vómitos), respiratorios (tos, estornudos) o sistémicos (shock anafilácticos).
En cambio, la intolerancia a un determinado alimento es debida a la dificultad que presenta el cuerpo a digerir éste. En este caso, el sistema inmune no interviene del mismo modo, aunque algunos de los síntomas puedan parecernos parecidos (diarreas, vómitos).
Aunque hablaremos más adelante de las intolerancias más comunes, quiero terminar hoy con una indicación muy clara. En el caso de presentar algún síntoma como los que hemos descrito o, en el caso de notar malestar con el consumo de algún alimento concreto, es importante acudir al médico para realizarnos las pruebas pertinentes y, por el contrario no realizarnos un auto diagnóstico, eliminando de nuestra dieta alimentos importantes que quizá, no sea necesario eliminar.