Como ya nos conocemos y hemos cogido confianza os voy a contar mi reflexión de esta semana y es que de repente todo el mundo se ha puesto manos a la obra porque llega septiembre y empieza el curso y aún tienen a los niños sin chándal, no encuentran en ninguna librería el libro de mates y hay que acostarse pronto para madrugar mas. Ese es el preciso momento en el que te empiezas a agobiar porque tu no tienes absolutamente nada que hacer.
Entonces, te miras al espejo y te acuerdas de todos los pinchos que te has comido este verano, con su cervecita incluida, y decides que la operación post bikini debe protagonizar tu inicio de curso. Así que, sin pensarlo te pones a buscar clases de todo tipo y te haces un calendario -literal – eso si, de lunes a jueves, porque el viernes es fin de semana y eso es sagrado.
Hecho lo cuál, y pasadas un par de semanas te das cuenta que no has hecho absolutamente nada, ni si quiera rellenar la hoja de matricula. Así que el resto del mundo corre, mientras tú te levantas medio dormida y te tiras el café encima de los únicos pantalones que te entran tras el atracón del verano. Y eso no es todo porque el café ha aprovechado que llevabas el móvil en la mano y antes de caer a tu pantalón decide empapar tu iphone. Genial eso si es empezar bien un lunes.
Pero hay que ser positiva, si es lunes significa que ya queda menos para el viernes. Y se me olvidaba que empieza la Liga y los telediarios ya tienen noticias con las que rellenar minutos, que Casillas ya ha dejado de lloriquear, Piqué ha decidido marcarse un bailecito cada vez que le piten y por fin se han acabado los odiosos partidos de solteros contra casados de los pueblos. Dios existe y se llama FIFA.
Y mientras, lees que han hallado una nueva especia humana en una cima de huesos, ¿y dónde pretendían encontrarlo, en un frigorífico? Todo, mientras el presidente del Gobierno decide si va o no a una boda gay, pues yo le entiendo, porque hoy día una boda es una pasta y no está el tema como para andar derrochando. Eso sí, como no vaya ya sabe que queda sin un amigo, y tampoco tiene la cosa como estar perdiendo amigos que mira lo que ha pasado al pequeño Nicolás, que ahora quiere ir al Senado a cerrarlo, pues espero que no sea para montarse allí una goa (fiesta) con sus amigos, contratar a Óscar Mulero (dj español) y cobrar entrada, que este chico es un visionario del business night.
Y ya me voy que si no me doy prisa acaba septiembre y ni si quiera me he comprado la colección abanicos con motivos taurinos que he visto anunciar en la tele. Y es que ya hay quien quiere sacar tajada de que acaben los toros y venden reliquias.
Siento aburriros con noticias tan serias, pero para la los periodistas la actualidad manda.