Enhorabuena, es positivo

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Así es, para quien no lo sepa, las dos rayitas significan que estás embarazada… ¡menudo susto! aunque la verdad, no sé a qué viene tanto alboroto, ya soy mayorcita como para saber que los niños no vienen de París… aún así… acojona el asunto… porque además no es el primero, es el segundo y hay una gran diferencia con respecto a las emociones que sientes al ver esa insignificante imagen en un test de embarazo que, como todo en esta vida, son realmente las que cambian tu mundo por completo.

Bueno, que me distraigo… es el segundo, sí, el mayor es ya un niño grande de casi tres años y que empieza en el colegio este curso, y de aquí a nueve meses, bueno ocho, que ya estoy de 6 semanas, se convertirá en el hermano mayor, todo un hito en su corta vida.

Lo dicho, las emociones cambian, con el primero es alegría inmensa, incertidumbre, temor a ser buenos padres, miedo ante lo desconocido… con el segundo la cosa cambia, obviamente, ya sabes lo que te espera y la experiencia es un grado… noches sin dormir, cólicos, llantos inexplicables, escatología, mocos a tutiplén, sentimiento de culpabilidad que te acompañará durante el resto de tu vida… en fin, esas maravillosas cosas que vienen aparejadas a la maternidad y que son… especiales, dejémoslo ahí…

Pero la maternidad no es el tema que nos ocupa… de lo que vamos a hablar y a ‘disfrutar’ durante estas 34 semanas, sí, sí, semanas, porque a partir de ahora no existen los meses, ni los días, única y exclusivamente viviremos, pensaremos y soñaremos en semanas, sí amigas, esto es así y más vale que os acostumbréis pronto… el embarazo son 40 semanas, teóricas eso sí, porque se empieza a contar desde el primer día de tu última regla… oiga usted señor/a matrón/a, que por poco que sepa de anatomía femenina y concepción, el primer día en el que te viene la menstruación (nueve meses sin ella, por cierto, ¡¡ay que lloro de emoción!!), una no se queda embarazada… protocolo lo llaman, bueno, pues eso, que desde hoy 34 semanas de cambios hormonales, cambios de humor, cambios en el cuerpo… venga, esto lo voy a dejar para más adelante, jeje…

Una vez superada la conmoción inicial y el sudor en las palmas de las manos, pido cita con el médico de cabecera, -«creo que estoy embarazada doctor»-, y digo creo porque a lo mejor es un falso positivo de esos que son una leyenda urbana… tras hacer pis en un bote al que luego he de limpiar con papel higiénico, porque no sé vosotras pero yo no estoy preparada genéticamente para hacer puntería en un bote, pues tras realizar de nuevo el test por parte de un profesional de la medicina, sí, confirmado… -«enhorabuena, es positivo»-, me dice… y entonces es cuando realmente me lo creo, vuelvo a estar embarazada y es lo que más ilusión me hace del mundo, voy a volver a tener un bebé creciendo en mi vientre y eso es algo que solo nosotras podemos sentir y es la sensación más increíble que se puede vivir, ahora es cuando se me saltan las lagrimillas y se me pone sonrisa de tonta en la cara.

Este es el mejor momento, cuando soy consciente de que voy a traer un ser humano al mundo: mi bebé; de que voy a volver a tener la suerte de oler el perfume tan especial que emanan esos seres tan pequeños e indefensos, de que voy a poder compartirlo con mi niño de casi tres años y que los profundos suspiros de mi marido, que pensé que eran de terror, son realmente de emoción porque vuelve a ser papá de nuevo y le encanta, como a mí.

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