Desde hace un tiempo, tenía ganas de hablaros de la cerveza (también por petición popular…). La verdad es que yo no soy una fan incondicional de esta bebida, soy más de vino, pero reconozco que es difícil resistirse a una bien fresquita.
Hace unos días leí una serie de noticias sobre un estudio desarrollado por un catedrático de la Universidad de Sevilla, en el que habla del efecto preventivo y protector que supone el consumo moderado de cerveza frente a la Diabetes.
A esto, se le añaden otra serie de efectos positivos que ejerce su consumo, MODERADO, en nuestro organismo, como por ejemplo:
– se asocia a una disminución del riesgo cardiovascular, por su contenido en antioxidantes, así como su efecto positivo en la regulación del contenido en triglicéridos y en la relación colesterol LDL/HDL
– su intervención, por su cantidad significativa en silicio, en nuestra densidad ósea y, por tanto, su aportación en la prevención de la osteoporosis
– su alto contenido en agua está relacionado también con una disminución en el riesgo de sufrir cálculos renales
– la cerveza también es una fuente importante de fibra soluble y de vitaminas del grupo B.
Todas estas propiedades que se han asociado al consumo de cerveza, siempre están acompañadas de una serie de comentarios. El primero de ellos es que el consumo debe ser moderado. ¿Esto qué significa? Máximo un vaso de cerveza al día.
No hay que olvidar que la cerveza es una bebida alcohólica, es decir, aporta las kilocalorías propias de una bebida de estas características y, su consumo habitual y en elevadas cantidades, ejercerá los efectos negativos propios del alcohol en nuestro organismo. Lo tengo que decir (aun sabiendo que no va a gustar)… es mejor tomar cerveza sin alcohol…
Por último, me gustaría indicar algo que muchos podréis dar por hecho, pero que me parece tan importante como todo lo comentado anteriormente. La cerveza no ejerce, por si sola, todos estos efectos sobre nuestro organismo. Para que esto ocurra, nuestros hábitos (alimentación y actividad física), deben de seguir los patrones de un estilo de vida saludable, los cuales, poco a poco, vamos conociendo.
¿Una cervecita?