Salidas a la naturaleza: paraíso en familia

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La naturaleza es un entorno de disfrute y distensión por excelencia, pero también de aprendizaje y de estimulación para un buen desarrollo de los más pequeños de la familia, y vamos a explicar algunos de los porqués.

  1. Salir al aire libre, respirar, no tener paredes que limiten nuestras posibilidades de movimiento y de visión, estar lejos de ruidos artificiales y estridentes, de luces y masificaciones hace que contemos con las condiciones idóneas para liberar estrés, reducir la ansiedad y situarnos en un estado propicio para ESCUCHAR, no solo con los oídos, también con la vista, el tacto, el olfato….
  2. En cualquier parte puedes encontrar multitud de cosas que observar y en las que centrar la atención (algo imprescindible para los aprendizajes escolares): insectos que corretean o vuelan, plantas que nacen de los lugares más extraños, distintos tipos de musgos y líquenes, aves que vuelan y cantan de diversas formas, restos animales que nos dan pistas de lo que puede haber ocurrido en el terreno…
  3. El terreno es abrupto y esto permite que tengamos que buscar con frecuencia el equilibrio al dar los pasos, pegar saltos para seguir el camino, agacharnos, esquivar ramas… si nos salimos un poquito de los caminos esto se multiplica exponencialmente. Y algo que puede parecer tan incómodo como no andar por un suelo estable, resulta ser importantísimo para fortalecer la musculatura de los pies, tobillos y piernas, para estimular el sentido vestibular (responsable del equilibrio y el control de nuestro cuerpo bajo el efecto de la gravedad), mejorar la coordinación motora, saber dónde están nuestros límites en actividades físicas, controlar el espacio que nos rodea (lo que facilita que nos relacionemos mejor con las personas y objetos de nuestro entorno y construyamos una mejor conciencia espacial, base de los aprendizajes matemáticos)
  4. Permite explorar, interrogarse por lo que vemos, oímos, olemos y tocamos, jugar, analizar, generar hipótesis sobre los porqués de los fenómenos naturales. Podemos hacer experimentos, construir cabañas, puentes, presas…
  5. La interacción respetuosa con el medio ambiente nos enseña a apreciar lo que tenemos, a cuidar de lo nuestro, a valorar las pequeñas cosas, a disfrutar fuera de la dinámica del consumismo y nos invita a la reflexión y el reencuentro con nosotros mismos.

 

¿Os habíais dado cuenta de todo lo que hacéis cuando vais a pasar un día al campo con los niños y el potencial que tienen las excursiones para el desarrollo de vuestros hijos? Id, disfrutad y olvidaros de los relojes, teléfonos y demás contacto con la civilización. Es mi consejo de esta semana.

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