Soy hombre, vivo solo, tengo mi trabajo y cuido de mi casa. ¿Por qué hay todavía a quién le extraña que sea padre monoparental? Que la gente cuestione que voy a recoger a mis hijos porque “su madre estará ocupada” o que piense que “no tiene mamá” me indigna. ¿Acaso soy menos válido para cuidar a lo más importante de mi vida porque ella no esté?
Supongo, y espero, que el argumento del vínculo maternal durante el embarazo (el cual no critico) empiece a dejar de ser la razón principal por la que se esgrime esa frase de “es como una madre no hay nada”. Es cierto, las madres son importantísimas pero, demostrado está, los padres lo somos igual.
Será cosas de la Historia, de la cultura o de los roles anticuados, pero siempre se ha ejercido un desequilibrio en la balanza hacia la custodia materna. Según datos del Consejo General del Poder Judicial, en el año 2012 la custodia se otorgaba hasta en un 84% a las mujeres, compartida en un 9% y -ojo al dato- a padres y otros en un 7%. Por supuesto que existirán casos y casos, pero lo cierto es que en la actualidad estamos más que preparados y dispuestos para cuidar de nuestros hijos. De hecho, cada vez tenemos más que decir, y nos hemos puesto las pilas para ello.
Aunque la tendencia afortunadamente es a la baja, los datos publicados por el INE el año pasado aún nos señalaba esa descompensación entre hombres y mujeres. La custodia de los hijos menores fue otorgada a la madre en el 76,2% de los casos, en el 5,5 % de los procesos la custodia la obtuvo el padre, en el 17,9% fue compartida y en el 0,3% se otorgó a otras instituciones o familiares.
Los padres solteros somos una realidad en España y así lo certifica la interesante tesis doctoral «La monoparentalidad masculina: ¿una forma familiar emergente en la sociedad española?» de la profesora del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad de Murcia Manuela Avilés Hernández. Pero, ¿a qué es debido? Según la profesora se trata de una redistribución de los roles familiares y del aumento del número de hombres que deciden solicitar la custodia de sus hijos tras una ruptura conyugal, son la causa principal.
Según recoge la tesis, entre 2005 y 2010, las familias monoparentales masculinas en España crecieron a un ritmo superior al de sus homólogas femeninas, lo que demuestra ese cambio de mentalidad. El número de hogares monoparentales masculinos con hijos menores de 25 años en España ha pasado de 123.810 en 2005 a 157.494 en 2010. Además, en 2011, casi la mitad de los padres monoparentales estaba divorciado o separado (el 43,1%); el 25,8 % era viudo; el 18,1 % estaba soltero, y el 13 %, casado.
Unos interesantes datos que demuestran que si lo único que nos mueve es el amor por nuestros hijos, ¿por qué no vamos a poder cuidarlos?. A quien corresponda: pasemos página, actualicémonos, vivamos en el hoy y olvidaos de estereotipos. QUIERO A MI HIJO.