Latido

Relax de Juan Hedo (flickr)

En un latido todo cambia por que hay comienzos que parecen finales y finales que parecen principios, uno nunca sabe bien que le depara el destino. Destino que nos da menos de lo que somos capaces de aguantar porque el límite puede ser tan alto que nos sorprendamos deseando una muerte más por paz que por vocación. Desear, eso tan peligroso que hace que se cumplan nuestros verdaderos anhelos, los que en el fondo siempre son mejor en la imaginación que en la realidad. Tú realidad no la puede comprender nadie porque nadie tiene tus ojos, tus oídos y tu piel. Sentir con todo lo que eres es lo que mejor puedes hacer pero hay demasiadas distracciones.

Suena el movil, perdón, ya estoy. Estar es lo más difícil que hace el homo sapiens sapiens a día de hoy no te parece. Presente, únicamente existe el presente, ahora, y en un instante ya es pasado. Los recuerdos podrían acompañarte y no lastrarte pero el pasado es tramposo y se hace hoy más de lo que te gustaría, debes luchar duro para no intoxicarte el futuro, que tampoco existe, por cierto. Construir te resulta tan divertido que, pieza a pieza, vas armándote el mañana aunque los planes nunca salen exactamente como en las instrucciones. Controlar es tu droga: agendas, calendarios, organización, planificar está de moda en la sociedad de la multitarea patológica.

Trabajar, cuidar, trabajar, ser, trabajar, sobrevivir, trabajar, dormir, trabajar, vivir. Para soñar hay que cerrar los ojos de vez en cuando aunque sean un par de horas robadas a tu ritmo actual. Por favor ahora para, aguanta la respiración. ¿Lo oyes?, En un latido todo cambia por que hay comienzos que parecen finales y finales que parecen principios, uno nunca sabe bien que le depara el destino.

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