Pánico en la sangre

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Uff, qué mal rato…y no es por las agujas, nunca me ha dado miedo lo de que me pinchen, incluso soy donante de sangre, es el volante el que me hace tener temblores, y la verdad, es que es una tontería, pero vamos a analizarlo detenidamente…

Una está tan contenta con su embarazo, -¡ay qué bonito, llevo una vida dentro y bla bla bla!-, genial, estupendo. Entonces la matrona te da un papelito para hacerte una analítica y ver que todo está bien, pues fenomenal, oye, que llevo sin hacerme una desde que salí del colegio, -así, sin exagerar-. Y llega el momento en que te da por leerte el volante con las enfermedades que van a analizar en tu sangre. Ese, ese el momento en que se te abren los ojos como platos y sientes un escalofrío recorriéndote la espina dorsal.

Algunos normales como la glucosa, la creatinina o el ácido úrico, venga vale, peeeeero, cuando lees rubeola, ¡ay madre!, la pasé de pequeña, ¿verdad?, recuerdo que mi madre me contó que de pequeña me salieron muchos granos, ah no, que esa era la varicela, uyyyy…y si no he pasado la rubeola, ¿qué pasa, me puedo morir?… pero aún no viene lo peor… sífilis, ¿¿¿¡¡sífilis!!???, peeeero, esto solo lo tienen las ‘profesionales’, ¿no?, vamos, las ‘pilinguis’, como dice mi madre, ¿y cómo puede ser que exista una mínima posibilidad de que tenga sífilis?, los sudores fríos empiezan a recorrer mi frente cuando se avecina la ‘mejor’ de las sorpresas…VIH…aquí casi rompo a llorar. Pero qué es esto, un protocolo de análisis para una embarazada o se han confundido con el de una politoxicómana en rehabilitación.

Y te da por pensar, y si tuviera VIH, y si la he cogido y tengo anticuerpos por culpa de aquel fulano que conocí ese verano en Ibiza cuando era post adolescente, -porque, me vais a perdonar, pero con 20 años no eres adulto, eres un post adolescente sin conocimiento, ni cabeza y con mucho peligro porque ya te crees responsable y la reina del mambo, vamos, una mina antipersona, concretamente tu misma persona-, en fin, lo dicho. Piensas y piensas y piensas hasta echarle, incluso, la culpa a tu marido porque seguro que ha sido él quien te ha puesto los cuernos una noche loca con alguna fulanilla y te lo ha contagiado… ¡Una locura total!.

Respiro hondo…vamos a ver alma de cántaro, ya es la segunda vez que pasas por esto, no te pilla de sorpresa, pero aún así, sigo pensando que tengo una epidemia mortífera recorriendo mis venas, pero si habiendo dado positivo en toxoplasmosis en el anterior embarazo, pienso que aún puedo dar negativo -caprichos de mis anticuerpos que son así de cachondos-, y no como embutidos ni carnes poco hechas por si acaso… el embarazo me trastorna, sin duda.

En fin, me quedo con la cara de complicidad y sonrisita de enhorabuena que me ponen las enfermeras cuando leen el volante y saben que es una analítica por embarazo, llamadme tonta pero me da tranquilidad, debe ser como un soplo de aire fresco en un mundo lleno de enfermedades y malas noticias. Pues yo respondo con otra sonrisa de oreja a oreja que dice, -sí, estoy súper embarazada, gracias-, y ya ni me duele el pinchazo, ni me mareo cuando me sacan cinco tubitos con mi sangre rojita, limpita e impoluta.

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