Hoy os traigo una idea muy sencilla pero apañada que a mi me ha arregló un problema con Mateo. Cuando iniciamos la alimentación complementaria con él nos encontramos con una firme oposición a todo lo que era triturado, con Inés nos pasó lo mismo. Comenzamos a introducirle los alimentos sólidos y fue fenomenal, excepto por la fruta y por los potitos que teníamos por casa. La fruta, no sé por qué, le costó comerla entera, no es una cosa que le encantara. En ocasiones se comía una cuña de sandía o melón, o un trozo de manzana, pero eran las menos. En mi ansia por que comiera sus vitaminas quise aprovechar los potitos se me ocurrió esta solución que, además, le alivió mucho las molestias propias de la dentición.
No puede ser más sencillo.
INGREDIENTES Y UTENSILIOS
Potitos o preparados de fruta o puré casero de frutas
Molde para bombones o cubitera pequeña
Paletinas para mover café de hacendado
Se rellena el molde con el preparado elegido, para mi los más cómodos son los de 100% fruta de hacendado porque, al tener el tubito para chupar, se echa fenomenal en los huecos de los moldes. Luego lo metemos en el congelador para que endurezca un poco, unos 15 minutos serán suficientes. Por último colocamos las paletinas y al congelador unas dos horas.
Quedan de un tamaño perfecto. Yo los hago de varios sabores y luego los meto en una bolsa con zip.
A mis chicos les encanta, a Mateo el que más, pero aún hoy lo comen todos. Los mayores se sirven solos. Tenemos una variante hecha con yogures o petit suise. Además para las molestias de la boquita alivia muchísimo el frío. Para mi han sido un invento.