No pasa de mañana, ¡Este lunes me pongo a régimen! Reconozco que este verano (como todos los anteriores que recuerdo) me he pasado, al menos eso gritan mis vaqueros… ¿Cuántas veces os lo habéis prometido comenzar una dieta el lunes? He de confesar que yo lo hago puntualmente, quizás cinco o seis veces al año y, cada vez que lo hago, al igual que mientras escribo este post, no puedo evitar reírme consciente de que nunca lo llevaré a efecto. No estoy hecha yo para prohibiciones. Llega el lunes, me despierto concienciada y, a media mañana, me entra un hambre y una necesidad incontrolable de irme al bar de la esquina a pedirme un pincho de tortilla. Y me voy. Se acabó la dieta.
Afortunadamente mi cuerpo, que más o menos me conoce, se suele mantener en esa línea que, sin ser nunca delgada, es aceptable (unas veces más que otras), unos kilos arriba, unos abajo, o 25 de más si estoy embarazada, esos meses en los que María Coco se come a María Coco y apenas puede coordinar sus propios movimientos. Algunos kilos decidieron marcharse de mí, otros se quedaron una temporada más o menos larga y los más puñeteros, o los que más cariño me cogieron, se instalaron de forma perpetua. Es la realidad, estoy muy lejos de esas chicas (algunas amigas mías por las que siento envidia sana, pero envidia) que tras dar a luz su cuerpo vuelve a su ser en un abrir y cerrar de ojos. Yo ahora me miro y pienso, ¡mi barriguita bien compensada está con mis dos soles!
Por si os sirve para animarnos, os doy mis cuatro motivos para empezar el régimen el lunes:
1.- Porque el fin de semana que lo decides te pones pinta y aún estas a tiempo de eliminar estos últimos excesos, de urgencia
2.- Porque el lunes ya de por sí estarás de mal humor.
3.- Porque siempre hay gente que te acompaña en la oficina, o al menos el contexto es favorable. Nosotras lo empezamos todas, con la misma coordinación que lo abandonamos.
4.- Porque la tortilla del bar de abajo los lunes siempre sabe mejor
Puede que no llegue más allá de las 12,00 de este lunes pero, si me encontráis por la calle esta semana y ando malhumorada, entendedme, ¡estoy a dieta!
